viernes, 18 de julio de 2014

DECLARACIÓN

Izquierda Unida, un proyecto de largo recorrido 


Cuando después del referéndum del 12 de marzo de 1986 para decidir la entrada de España en la OTAN, la Plataforma Cívica aprueba una declaración política en la que se afirma que  “…resulta imprescindible responder a esa profunda demanda social de cambio. Hace falta estructurar el impulso renovador existente en nuestra sociedad, dotándole de coherencia y de amplios apoyos sociales. Se trata de estimular, a partir de la sociedad civil, una agregación de fuerzas sociales y políticas capaces de definir una alternativa desde la cual pueda vencerse el cúmulo de residuos conservadores y de intereses corporativos en cuya órbita se mueve el gobierno actual. Todo ello en el marco de un amplio proceso en donde se articulen fuerzas sociales, políticas y culturales hoy dispersas para la puesta en práctica de un proyecto de transformación de la sociedad española”, se estaba anunciando el nacimiento de Izquierda Unida. Nada se dejaba a la improvisación. Se aprobó una declaración política de nueve páginas, a la que siguió el documento del Acuerdo Político para, finalmente, el 27 de abril de 1986 constituir Izquierda Unida como fuerza política alternativa. El 22 de junio tuvieron lugar las elecciones legislativas. Justo un año antes, la Conferencia Nacional del PCE, aprobó un documento político que sentaba las bases de la   convergencia social y política en España.

Recientemente, y de manera singular, tras las elecciones europeas del 25 de mayo de 2014, en las que IU multiplicó por tres su número de votos y escaños -si bien no pudo capitalizar mejor el hartazgo de la inmensa mayoría de la sociedad española contra las políticas de austeridad-, en ciertos ámbitos de la organización se proclama la necesidad de “avanzar hacia la convergencia con Podemos, renunciando si fuera necesario a las siglas IU”. Defienden, que “las ideas son más importantes que las siglas” y no dudan en vincular el futuro de IU al desenlace de esta operación.

Quienes suscribimos esta declaración, creemos que las políticas para ensanchar el territorio de la izquierda transformadora, la necesidad de impulsar respuestas políticas y electorales amplias y unitarias, en definitiva, la voluntad de construir proyectos de convergencia son consustanciales a la naturaleza histórica y política de Izquierda Unida. La propia candidatura de la Izquierda Plural a las elecciones europeas constituida por 12 organizaciones políticas y apoyada por impulsores de las mareas ciudadanas, sindicalistas comprometidos y referentes sociales, es un ejemplo de lo que afirmamos. Somos conscientes de que movimientos como “Podemos”, que ha logrado un excelente resultado electoral el 25 de mayo, han de ser parte esencial de este diálogo político para una nueva confluencia social y electoral; se trata, sin embargo, de evitar iniciativas convulsas y no exentas de improvisación, que elevan retóricamente la mirada hacia un escenario imaginario, y se alejan de la realidad cultural, política y organizativa de IU, de su afiliación y militancia.

Somos muchas las personas de IU que creemos en la vigencia de su proyecto político. Un proyecto de largo recorrido, cuya existencia  no puede ni debe someterse a exámenes de temporada. No compartimos la impugnación estructural del sistema de partidos que distintas ‘voces alternativas’ y medios de comunicación -algunos de acusado perfil conservador-, han activado. Y ello ha de ser compatible con la inaplazable necesidad de cambios en la renovación de la propuesta política, en el funcionamiento interno de los partidos, en su relación con la sociedad y con cuanto en ella se mueve, en la participación democrática de la afiliación.

Estamos orgullosas y orgullosos del carácter democrático y plural de IU. Sabemos que respetar la pluralidad es sinónimo de respetar la democracia. Creemos en un proyecto colectivo, sensible a la opinión de la afiliación y de los sectores sociales a los que representamos, fuertemente comprometido con métodos democráticos de dirección colectiva, empeñados en la defensa de los derechos de las trabajadoras y trabajadores y de la mayoría social, y conscientes de que toda la militancia de IU está llamada  a protagonizar el nuevo tiempo político

Izquierda Unida tiene que atenerse a su propia agenda. Debe tomar buena nota de la evolución social y política del país, de las grandes tendencias y demandas de la sociedad española. Debe ajustar permanentemente su discurso político, y hacer más permeable y abierta la actividad de su afiliación y la complicidad de la sociedad civil. Pero su organización, su estrategia, su proyecto y sus siglas son referencias esenciales para el diálogo social y político. Es más, estamos persuadidos de que la convergencia de ideas y programas para hacer más visible e influyente a la izquierda transformadora, dependerá en buena medida de que Izquierda Unida sea cada día más fuerte y esté explícitamente comprometida con la movilización social y la iniciativa política e institucional.




2 comentarios:

  1. Hoy ya han pasado 48 horas desde que os puse un comentario anterior para que dijérais la fuente de este artículo y quién lo firma.
    De no ser así, me pondré en contacto a lo largo de la tarde con los administradores de blogger con el fin de que tomen medidas contra este blog por usurpación de artículos y plagio.

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    1. Buenos días! Lo hemos elaborado un grupo de compañeras y compañeros de IU de la Comunidad de Madrid. Estamos recogiendo adhesiones y las publicaremos cuando lo consideremos. Un saludo y gracias

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